12 poetas ////// 3 minutos ////// El público decide

Crónica el Spoken Word Madrid 2018 por Lucideces

FESTIVAL INTERNACIONAL SLAMMADRID 2018

SPOKEN WORD MADRID

 

Miércoles 5 de diciembre de 2018. Intruso Bar. Madrid. España.

Ún de Grao

Todo estaba preparado. El espectáculo estaba a punto de comenzar. La espera había sido amena gracias a la música que estuvo pinchando el Dj Hugo López-Castrillo. Estábamos ante la primera jornada del Festival Internacional SLAMMADRID 2018. Una velada de Spoken Word con un cartel bastante prometedor que a mí personalmente me había generado mucho interés.

Eran cerca de las 22 horas, cuando Luis J. Lambas, maestro de ceremonias aquella noche, subió al escenario y tomó la palabra. Directamente se puso a leer un poema que critica irónicamente las campañas publicitarias en periodo de rebajas, y acto seguido se dispuso a presentar al primer artista invitado de la noche, Ún de Grao.

O lo que es lo mismo, desde Asturias, José Martínez Álvarez, guitarrista y cantante que fusiona tonada y música tradicional asturiana con otras corrientes musicales.  Entre aplausos el chico subió al escenario. Luis le preguntó que si estaba contento por estar en Madrid. El muchacho respondió que sí y posteriormente nos explicó el significado del título de su primer disco, “Palo Segao”. Parece ser que es una expresión que se utiliza mucho en Asturias y que viene a ser como la de “vete por la sombra”.  

Luis bajó del escenario y el asturiano cogió su guitarra acústica, y empezó a afinar sus cuerdas. Después subió al escenario Pablo Cortina, “el poeta de violín”, “el poeta del sombrero”. Esa noche llevaba violín, pero en vez de sombrero una boina o gorra algo parecido. Soy un hombre sencillo y por ahora no estoy calvo. No soy experto en ese tipo de complementos.

Recordemos que Pablo Cortina es también asturiano y que Ún de Grao tuvo – aunque desde la distancia- un especial protagonismo en la velada de Poetry Slam Madrid del pasado mes de julio, al ser sus canciones las que sonaron como música de ambiente durante toda la noche.

Ún de Grao empezó a tocar su guitarra utilizando toda su sonoridad y amplitud y creando melodías llenas de arpegios y punteos de amónicos, Pablo Cortina mientras tanto cogió un libro y leyó unos versos en los que dice algo así como que se siente como viento que sortea zarzas hasta que se encuentra con su amada y ¡oh! ¡ay! – suspira el poeta-  empieza a hablar con ella en ese encuentro idílico.

Acto seguido Pablo cogió su violín y Ún de Grao empezó a cantar la tonada “Dicen, Morena que tú y yo”.  Pues eso, que dicen que entre tú y yo hay tema temita tema, pero la verdad es que me estoy comiendo los mocos porque por ahora solo somos amigos, pero ojalá tuvieran razón, porque yo por mí encantado, morena, de tener algo contigo. ¡Cómo jode vivir una situación así! Pues esta tonada narra precisamente esa situación.

Finalmente, la voz – utilizando un recurso melismático-, guitarra y violín se fueron fundiendo y mezclándose, haciendo que nos llevaran a otro tiempo pasado y creando una atmósfera que casi provocó un trance hipnótico en los oyentes.

Qué gran comienzo de velada. A más de uno seguro se les puso los pelos de punta. Gran ovación por parte del público mientras Pablo se bajaba del escenario y Ún de Grao se quedaba solito ante el peligro. Acabábamos de ver a todo un Bicampeón de Poetry Slam Madrid en acción. Era la primera vez que tenía la ocasión de ver a Pablo tocar su violín en primera persona y en directo y como sospechaba de antemano, me encantó.

El segundo tema que tocó el asturiano fue un cantar de ronda. Es decir, una de esas canciones antiguas que fueron elaboradas para un fin muy concreto que no es otro que el de ligar.  Nos cuenta que su abuelo iba en bici hasta el pueblo de su abuela para cantarla bajo la ventana canciones como la siguiente que estaba a punto de sonar y que nos advierte sobre todo que hay que tener cuidado con el amor. Este cantar de ronda viene de la tradicional canción “Esta noche ha llovido mañana hay barro”, comienza con un percutido rasgueo de cuerdas para dar forma a esta ronda. El folklore cambia, según quien lo canta, y Ún de grao, la canta supongo según la escuchó de su abuelo.

Después del cantar de ronda vino “el cantar de los gochos”. Una canción que habla de cerdos vamos. Concretamente narra el problema que tiene un hombre con su vecino Antón y sus cerdos. Parece ser que los gochos se escapan y le joden el campo.

En este tema le iba a acompañar el mismísimo Antonio Díez, “el profe poeta”, que tuvo que dejar la retransmisión del directo por unos instantes para subir al escenario. Antonio nos explicó que conoció al músico asturiano en un evento poético celebrado en Asturias en el cual les tocó hacer una actuación juntos. Cosa complicada, no precisamente por la diferencia de estatura entre los dos artistas, sino más bien por los estilos tan diferentes que tiene uno y otro. Ún de Grao con su música tradicional asturiana y Antonio Díez con esa poesía urbana de extrarradio de Madrid, concretamente de Fuenlabrada.  Pero cuando se quiere se puede, además no olvidemos que ambos tienen algo en común, algo que hizo que en ese momento compartieran el mismo escenario, algo llamado Spoken Word.

Antonio nos advirtió que desde aquel evento no se han vuelto a ver y que por lo tanto no pudieron ensayar nada. Ún de Grao empezó a tocar su guitarra. “El profe poeta” se sacó un papel del bolsillo, pero no lo utilizó en un principio. Sin embargo, sí cerró los ojos y empezó a recitar de memoria un poema en el que todas las palabras contienen una única vocal, la o. Dando sonoridad a un mestizaje “asturiano blusero” con esos graves en la guitarra que hicieron mover no solo a los gochos, sino a todos los presentes. De esta forma Antonio nos mostró una vez más su ingenio a la hora de escribir poesía.  La gente se partió de risa con algunos de sus versos. Después de su intervención, Ún de Grao empezó a cantar hasta el final lo que es la canción en sí, la más movidita de la noche sin duda alguna. Y que tuvo como gran aliciente el volver a ver en acción a Antonio en El Intruso, el slammer madrileño con más logros poéticos, también Bicampeón de Poetry Slam Madrid, no se subía a este escenario desde el pasado mes de enero, en aquella ocasión fue el artista invitado de la última velada de la pasada temporada.

Y de esta forma llegaríamos a la parte final de la primera actuación de la noche. Ún de Grao tocó otra tonada que narraba la historia de un hombre que va andando muy contento por un camino porque se va a reunir con su amada. La guitarra acompaña esta tonada llena de acordes evolucionados más allá del Clasicismo, creando ambientes y que con sus melismas cantó libremente, formando huellas propias.

Después nos recordó que hacía poco había publicado su primer disco larga duración y se despidió con otra tonada.

Me encantó la actuación del asturiano. Me parece muy interesante y sobre todo necesario, que haya músicos actuales que se dediquen a rescatar canciones tradicionales del olvido y darles una dimensión diferente como hace este chico.

Tuvimos la ocasión de charlar un poco antes de la actuación. Me pareció un tipo muy cercano y humilde. Así que le deseamos los mejores éxitos. Mi reciente esposa me comenta que después de que haya sido parte de la banda sonara de nuestra luna de miel, tenemos que ir a verle a Asturias y tocar algún temita juntos. Así que nada, tiempo al tiempo.

 

Carmen Conde y sus Premios Darwin

Inmediatamente empezaron a sonar las alarmas antiaéreas mientras Luis se recitaba otro poema en el que comparaba un comité federal con una casquería.

Llegaba así la segunda actuación de la noche. Sin duda la más divertida y simpática de esta velada de Spoken Word. Y eso que el tema principal a tratar iba a ser la muerte. Y es que, si Ún de Grao se dedica a rescatar canciones tradicionales de su Asturias querida, la incombustible Carmen Conde, “la poeta de la guadaña”, se recorrió gran parte de la Galicia más profunda para rescatar historias reales sobre personas que habían fallecido de una forma absurda.

Radiante y con una sonrisa de oreja a oreja, la poeta, actriz, guionista, dramaturga – entre muchas más cosas- volvía a subirse al escenario del Intruso después de que hubiera sido la artista invitada en el Poetry Slam Madrid del pasado mes de septiembre. Esta vez para explicarnos de qué va el espectáculo de narrativa oral que lleva haciendo los dos últimos años. Nos desveló que está inspirado en los Premios Darwin que son otorgados en Estados Unidos de manera póstuma a las personas fallecidas con las muertes más ridículas.

Todo empezó cuando de pequeña escuchaba en su casa la historia de un hombre que una vez le hicieron una prueba médica porque podía tener cáncer. El caso es que cuando recibe los resultados, en el informe pone, “negativo”. Así que el hombre piensa que está enfermo y tiene la ocurrencia de colgarse para ahorrarse sufrimiento.

Así que nada, Carmen tenía claro que seguro que si iba preguntando por los pueblos podría conocer más historias de muertes surrealistas. Y anda que sí conoció historias, tanto que su espectáculo dura hasta dos horas.

Además, divide las muertes en tres categorías distintas:

  • Rigor Mortis: No hay ningún tipo de dudas de que el protagonista ha muerto.
  • Mortis Interruptus: Aunque parezca mentira, el protagonista se salva y no llega a morir.
  • Mortis Thanatos: Categoría dedicada a los trabajadores de la muerte, como forenses, enterradores o tanatopractores.
  • Mejor muerte extranjera: Pues eso, muertes absurdas ocurridas fuera de Galicia y España.

Tras esta breve introducción, Carmen Conde se dispuso a contarnos la historia de “La Faraona”, perteneciente a la categoría de Rigor Mortis.

Pues bien, la protagonista es una mujer de un pueblecito de la provincia de Lugo. Parece ser que la señora era muy devota y católica. Siempre iba a misa y rezaba el rosario. Siempre iba muy tapadita, sin ensañar nada más que su rostro y sus manos. Aunque eso sí, tenía dos hijas. Carmen supone entonces que no siempre estaría tan tapada. El caso es que la mujer al tener esta conexión tan directa con dios, un día presiente que se va a morir.  Se lo dice a sus hijas y les pide que, por favor, el día de su funeral la vistan con la ropa que van a encontrar en una caja, encima de un armario.

La mujer estaba en lo cierto y se muere, y el día del funeral las dos hijas la visten con la ropa que encuentran en dicha caja. Aunque les parece muy raro porque era un vestido de folklórica con un escotazo que daba vértigo. Pero… ¿cómo no cumplir las últimas voluntades de su mamá?

Así que al velatorio que antiguamente duraban tres días fue todo un espectáculo. Todos los del pueblo quieren ir a verla. Se corre la voz, y van incluso autobuses de los pueblos cercanos porque todo el mundo quiere verla muerta, aunque nunca la hubiesen conocido en vida. Las hijas terminan hasta un poco hasta el moño de tanto pésame y de contestar una y otra vez a la misma pregunta ¿Y cómo es que habéis vestido así a vuestra madre?

Pasan los días, y las hijas haciendo limpieza, descubren otra caja encima de un armario y dentro ropaje mucho más acorde para lucir dentro de un ataúd. Es decir, se habían confundido de caja. Pensaron en exhumar el cadáver, pero al final dejaron pasar y la señora sigue en su nicho vestida de folklórica. Ahora muchos dicen que se les aparece cuando caminan por el monte. Se ha convertido en toda una leyenda.

Carmen siguió contando la historia de un hombre que le dio un infarto mientras estaba cagando sentado en el inodoro por el esfuerzo. Todos los logros que consiguió en vida, que fueron muchos, por cierto, ya no son recordados por nadie, porque ya para todos es el que se murió cagando y punto.

Y ya para finalizar, Carmen nos contó una última historia. Ésta perteneciente a la categoría Mortis Interruptus. La protagonista es una mujer de un pueblo que decide comprarse un tractor. Un día se encuentra con una amiga y la invita a subirse en el remolque, encima de la hierba fresca que transportaba, para así no tuviera que ir andando.

El caso es que la mujer se emociona en una recta y aumenta la velocidad. Tanto que no se da cuenta que su amiga que va detrás en el remolque se queda enganchada y colgada en unos cables de alta tensión. Aunque parezca mentira, no le pasó nada, la tuvieron que rescatar con una grúa y todo eso, pero sana y salva, pues tuvo la suerte de que en ese momento se fuera el suministro eléctrico en la zona.

Carmen se despidió del público desvelando los motivos que la hicieron un día empezar a visitar diferentes pueblos para descubrir estas historias sobre muertes absurdas y surrealistas. Carmen nos cuenta que sobre todo porque tenemos una vida, y como podemos ver, es muy fácil perderla, así que nos recomienda que salgamos y la vivamos con todas nuestras ganas, pues solo tenemos una.

Hubo muchos aplausos y muchas risas y carcajadas durante toda la actuación. Nos lo pasamos muy bien escuchando sus historias de muertes absurdas. Que vienen a ser en su forma, relatos cortos en los que utiliza a menudo recursos más propios de los monólogos de humor. Incluso en algunos pasajes pareciera que la poesía asomase tímidamente en algunos momentos determinados.

Conocía solo hasta esa noche a la Carmen slammer. Recordemos que Carmen es la Vigente Campeona de Poetry Slam Compostela. Sin duda otro de los grandes alicientes de la noche.  De hecho, pensé que su actuación iba a ser un recital de poesía. Me moría de ganas de grabarla recitando su poema “Tratado de botánica” con mi cámara. No pudo ser. Pero después de esta actuación conocí también a la Carmen actriz, cómica y a su narrativa oral. ¿Con cuál me quedo? Pues con las dos, y sobre todo con la que Carmen le haga más feliz. También tuve la oportunidad de hablar con ella antes de las actuaciones. Es una chica que desprende mucha energía y amabilidad. Esperamos que le vaya muy bien y que tenga muchos éxitos con todos sus proyectos artísticos.

 

Marçal Font i Espí & Ferran Besalduch

Llegamos a así a la última actuación de la noche. Volvieron a sonar las alarmas antiaéreas. Marçal Font y su amigo Ferran Besalduch se preparaban ya en el escenario. Marçal, “El poeta librero”, se preparó su chiringuito particular formado por una mesita para su ordenador portátil y una silla. Ferran hacía lo mismo. Sin embargo, su chiringuito era mucho más complejo. Una silla, un saxo alto, y un pequeño saxo sopranino que por la forma que tiene se llama saxellino. Sin olvidarnos de sus “juguetes”, un pequeño kit electroacústico que parte de un Hurgy Toy (que es como una zanfona de juguete), con un pedal Mood de efectos. “El saxofonista juguetón” se lo quería pasar pipa en El Intruso, y se trajo todo esto desde Badalona para que los presentes pudiéramos disfrutar de su creatividad.

Mientras los artistas seguían en su puesta a punto particular, Luis de nuevo nos deleitó leyendo otro poema que hablaba sobre el conformismo y de los que viven acomodadamente sin atreverse a ir más allá en sus vidas.

Inmediatamente después Ferran empezó a hacer sonidos raros e intermitentes con su saxo alto y una vez creada la atmosfera, Marçal Font empezó a recitar de memoria y de pie un poema que hace referencias a diferentes ciudades de distintos países y continentes. Y en el que nos quiere decir -yo creo- que lo aprendido de tus propias experiencias personales, hará que sigas hacia adelante, hasta conseguir llegar a donde quieres estar.

A mitad del recital, Marçal nos develó como dato curioso que este poema fue escrito en Madrid, en el Parque del Retiro, el 11 de septiembre de 2011, justo antes de la caída de Las Torres Gemelas de Nueva York.

Os puedo contar también, que es un poema que Marçal lleva recitando mucho tiempo y que fue uno de los que utilizaría en su época de slammer en competiciones regulares. Por ejemplo, fue uno de los poemas que recitó en el II Campeonato de Poetry Slam de Barcelona celebrado en el 2012, en el cual resultó ganador.

Continuaron con el segundo poema. Ferran en esta ocasión empieza a hacer soniditos con sus juguetes y por primera vez utilizaría su saxo saxellino. Creada ya la atmosfera, Marçal empieza a recitar un poema en diferentes idiomas, como el catalán, el inglés, el italiano, el francés y como no, el castellano, y en el que nos dice que, aunque haya algo que pueda ya estar escrito, es algo que no lo hemos escrito nosotros, y por tanto no lo tenemos que aceptar.

Los de Badalona prosiguieron con el recital con un poema escrito en inglés. Nos desveló que fue escrito a raíz de que el año pasado tuviera problemas de salud. Concretamente del “coco”. Al poeta catalán le parece importante contar estas cosas, ya que a todo el mundo le puede pasar. Ya lo creo que sí. Y cada vez más con esta vida de mierda que nos hacen llevar los de arriba. Ferran vuelve a utilizar el saxo alto y Marçal termina recitando los últimos versos casi tirándose de los pelos. No sé muy bien lo que dice. Pero un gesto vale más que mil palabras y a mí me transmitió desesperación.

Después vino un poema que Marçal dedicó a todas las mujeres que han sufrido alguna agresión sexual como en el caso de “La Manada”. Aquí Ferran descansó un poquito. Empezó a sonar una composición grabada de música clásica. En concreto el Invierno de Vivaldi.  Y sobre esta base Marçal empezó a recitar un poema frío en el que hace referencia al mito griego de Casandra. La pieza de Vivaldi se va distorsionando hasta tal punto que llega a ser casi irreconocible.

A continuación, recitó un poema en catalán y luego en castellano. Este poema está inspirado en el mito escandinavo de Nøkken. Un ser que se representa con diferentes formas, como un hermoso caballo blanco o un hombre bello que canta genial y toca el violín tan bien como Pablo Cortina, y que hacía que las mujeres se enamorasen locamente de él al escuchar su música. De tal forma que estaban dispuestas a todo lo que hiciera falta por poseerlo. Incluso cruzar un río con la intención de cazarlo y terminar ahogadas en su intento. A Marçal le encanta este mito porque el objeto de deseo es un hombre, y no una mujer como suele ser habitual. Ferran seguía jugando. En la versión en catalán utilizó su saxo alto y en la versión en castellano utilizó su saxellino por última vez.  A partir de este momento utilizaría siempre su saxo alto y como no, sus juguetitos.

Llegábamos ya a la parte final del recital. El siguiente poema, Marçal se lo dedicó a Carmen Conde. Y es que el poema se titula algo así como “No perdona a nadie, todo va a morir”. Es decir, era un poema muy Carmen Conde. La muerte era de nuevo la principal protagonista. Fue uno de los poemas que más me gustó. En él narra de forma frenética la vida de diferentes personas. Ricas, pobres, con éxito o llenas de fracasos. Da igual. Todo muere. Todos morimos. A todos nos espera la muerte.

Este poema lo recitó en el Poetry Slam de Barcelona del mes de marzo de 2012, en aquella velada Marçal Font se convertiría por segunda vez consecutiva Campeón de esta competición.

El recital seguía avanzando hacía su final. Y los dos amigos seguían haciendo de las suyas encima del escenario. Era la hora de que Marçal recitase “Insomnio”, un poema de Dámaso Alonso en el que da una visión muy oscura de Madrid en concreto, y del mundo en general. Para que os hagáis una idea dicho poema empieza así: “Madrid es una ciudad de más de un millón de cadáveres (según las últimas estadísticas)”.

Enlazaron este poema con otro prácticamente sin interrupción entre ambos. Cuando escuché este poema, me hizo recordar ese dicho del saber popular que dice que “el hombre es el único animal que tropieza con la misma piedra”. Pero a pesar de todas las caídas y tropiezos que podemos sufrir durante el largo camino de la vida, y aunque estos contratiempos nos hagan mirar hacia atrás, Marçal, tiene claro que también hay que mirar hacia adelante.

Los chicos seguían entregados y dándolo todo. Bromeaban entre ellos, incluso llegó un momento en que Marçal llamó “traidor” a su compañero Ferran. Algo le diría “el saxofonista molón”. Ahora interpretarían quizá el poema más intimista y delicado de la noche. Un poema muy cortito, en el que el poeta nos narra un momento de soledad absoluta en medio de la naturaleza, al lado de un árbol, en el que el viento parece espaciar a través de su mirada todo su ser por ese paisaje. Marçal al recitar este poema se balancea levemente sobre su silla, se lleva las manos a la cara, se encoge juntando sus piernas, y es que es un poema que hay que recitar desde el interior, desde eso que llaman alma.

Y ahora sí llegaría el último poema que este dueto de artistas interpretaría aquella noche. Marçal Font volvió a bromear diciendo que era un hit que se lo había enseñado la cantante Rosalía. Además, le comentó a su compañero que lo iba a leer pues nunca había leído “esto”. Mentira gorda. Ya que se trataba de uno de los poemas más conocido del poeta catalán, os hablo de “Huir”.

Ferran empezó con su saxo alto emitiendo notas muy marcadas y rítmicas. Y a continuación Marçal empezó a recitar sus versos a través de los cuales nos sugiere que no nos quedemos quietos en un mismo sitio, que nos movamos, que huyamos de todo como si quemase la sombra.

Este mismo poema fue recitado por el catalán el 27 de abril de 2012 en la Final del II Campeonato Nacional disputado en Jaén. Aquella noche, sería doblegado por los versos de un asturiano llamado Dani Orviz, que representaba a Poetry Slam Madrid tras haberse quedado segundo en la temporada regular por detrás, de otro asturiano, nuestro querido Pablo Cortina.

Y de esta forma magistral terminaba la actuación de Marçal Font con su poesía culta llena de referencias literarias, mitológicas, geográficas…  y esencialmente existencial, acompañado en todo momento por el gran Ferran Besalduch que con sus saxofones alto y saxellino, logró crear diferentes paisajes sonoros, utilizando todas las zapatillas de las llaves de su saxo, para hacer sonoridades de escalas cromáticas sin sonidos, pedorretas, ventoleras, glissandos y todo lo que la creatividad puede dar de sí, provocando junto a percusiones tubulares metálicas, sensaciones que sobrepasan la música del Siglo XXI.

No tuve la ocasión de hablar con ellos antes del espectáculo. Cuando llegué al Intruso estaban haciendo la prueba de sonido. Luego, una de las veces que salí a fumar, vi a Marçal Font sentado en el poyete de la tienda que hay al lado del Intruso. Entonces dije esta es la mía. Y cuando estaba a punto de presentarme, algo me detuvo de repente. Y es que descubrí que Marçal estaba escribiendo en una pequeña libreta mientras veía pasar a la gente por la calle. Y entonces me pregunté para mis adentros que quién era yo para interrumpir al Primer Campeón de España de Poetry Slam de la historia en el 2011, Bicampeón de Poetry Slam Barcelona 2011 y 2012, Semifinalista de La Coup du Monde en París también en el 2012, entre otros muchos logros poéticos.

Pensé que a lo mejor estaba escribiendo unos versos. No quise que Marçal me recordase como el tipo que le interrumpió cuando a lo mejor, quién sabe, estaba escribiendo el mejor poema de su vida.  A los poetas hay que dejarlos tranquilos cuando están escribiendo. No fue hasta al final de la noche, cuando ya nos íbamos del Intruso, cuando Silvia Nieva, “la dama del slam”, me lo presentó y nos estrechamos la mano.

La primera jornada del Festival Internacional SLAMMADRID 2018 ya formaba para parte de la historia más reciente y yo iba a ser encargado de escribir su crónica.

Gracias a Poetry Slam Madrid por darme la oportunidad de vivir el evento desde dentro y escribir sobre ello. Gracias a todos los artistas por ayudarme a escribir esta crónica. Gracias a “la poeta del monopatín” por su compañía aquella noche, y gracias a mi reciente esposa, Rebeca FS, por ayudarme a describir la música de Ún de Grao y Ferran Besalduch y de esta forma amortiguar de alguna forma mi gran incultura en general y musical en particular. Un saludo para todos.  Se despide, Lucideces.

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