12 poetas ////// 3 minutos ////// El público decide

Crónica V Po3try Slam Internacional 2017 (Celia Peláez)

Sábado 2 de diciembre de 2017. Parece que no ha pasado el tiempo cuando entro en El Intruso a reventar de gente que espera que empiece un Slam en pocos minutos. Escribo esto desde la otra punta de Europa y ahí fuera nieva mucho por segundo invierno consecutivo. Y observo la nieve cual hípster de Instagram al mismo tiempo que me pregunto qué hago que no estoy en el sur. De Europa y de España. Algunas cosas cambian, pero otras siguen tal y como las dejé.

Hacía un año que no pisaba el Intruso y ni me he enterado. Yanito es el presentador esta vez, y a las 18.15h, horario y puntualidad europea, está cogiendo el micrófono para dar comienzo a este Slam Internacional. Medio en inglés, medio en español. Antonio Díez retransmite esto en directo, from Madrid to the World. Se reparten las pizarras, y a jugar.

En primer lugar aparece Cristina García, que se sacrifica para romper el hielo, y que está fuera de concurso. Cierra los ojos, dedica su poema a Gata Cattana, habla de los poetas clásicos, de Cervantes, de Ulises, de Madame Bovary, de tanta prisa por acabar y de que algunos finales son más injustos que otros. Consigue 23 puntos, que se quedan en 20 por tiempo, aunque no entre en concurso.

Llega después Sara Hirsch, de Reino Unido, ya concursando. Habla de volver a casa sola, de que una mujer no es igual que un hombre, de las 13 libras que cuesta un Taxi que un hombre no paga, porque vuelve a casa solo. Dice que no nos podemos cambiar las pieles. Con fuerza y decisión, muy aplaudida, su poema feminista obtiene 23 puntos, y pocos me parecen.

Zéwande BK Bhengu es el poeta sudafricano que llega en segundo lugar. Con mucha pasión, gritando, muy implicado en su poema y con una manera de recitar muy propia, lee, grita. Habla de que no sabe quién es, le habla al creador, cuenta que lo han atacado, apuñalado, “no tengo huesos, sino muletas”, para terminar diciendo: “Soy un parásito, Soy estiércol, sacrificadme”. 27 puntos para Zéwande.

En tercer lugar, la poeta belga Carmien Michels, recita en flamenco, que es como el holandés, y habla de una anomalía en el sistema. Habla de barricadas, de travesuras en el colegio, de que prometieron luchar contra las injusticias, de robar en los supermercados, y ahora mira hasta dónde hemos llegado. Casi ni se reconocen obedeciendo a sus jefes. Es muy expresiva, se sumerge en el poema de memoria y se deja llevar. Este idioma es bonito, de verdad. 20 puntos y pocos son.

The next poet is Alejandra Martínez de Miguel, representante de nuestro slam madrileño, presentada por Yanito como la súper slammer. Cuando me fui, ganaba mucho. Y veo que sigue bastante fuerte. Hace un recorrido por todas las princesas Disney y por los referentes que tenemos de hombres salvadores en la cultura popular. Una por una, todas lo necesitaron a él. Con decisión, con entusiasmo, pasión y convicción. La seguridad de Alejandra y el mensaje feminista calan, como no podía ser de otra manera, y se lleva otros 27 merecidos puntazos.

A continuación, Fatima Moumouni, alemania/suiza. Que llega con muchas ganas pidiendo colaboración al público en un pobre pero entusiasta español. Tiene un estribillo que dice “Why am I so emotional?” al que el público debe contestar, en español: ¡Tengo la regla! Así, comienza su poema sobre la regla, qué masacre, cuánta sangre, qué putada, año tras año, mes tras mes, óvulo tras óvulo. A la gente le gusta mucho, y se lleva 26 puntos.

Rogério Gouveia es el poeta portugués de la noche, y seguro que ya le han dicho más de una vez que se podría parecer John Lennon. Dice que es injusto que las fantasías se estén tornando tan lúcidas, que se estén llenando de dudas, que tengan formas tan falsas. De fantasías no concretas mueren alegrías que nunca nacerán. Grita y va rápido pero termina tranquilo, imitando el sonido de un latido. 20 puntos para Rogério.

Y, por último, llega la representación francesa, Clotilde de Brito. Habla de cómo conoce al hombre de su vida, lo espera en la estación, se han visto dos veces, es el hombre perfecto, pero no llega. No llega. No llega. Va rápido, se ilusiona cuando está cerca de conocerlo, se entristece cuando no llega, muy sonriente, medio canturrea, recitando a toda velocidad una historia que nos llega a transportar a todos a esa estación. 25 puntos para ella.

Mientras cerramos líneas y se hace el recuento de votos y mensajes enviados al 5557, Yanito recita un poema en spanglish. We´ve got the finger in the wrong bottom. Acumulamos títulos por tener un trabajo.

Y los finalistas son: Fatima (Alemania), Zéwande (Sudáfrica) y Alejandra (Madrid). Yanito anuncia que el aplausómetro funcionará esta vez con pañuelos amarillos. El público votará sacando los pañuelos amarillos que se han repartido, y de manera visual se decidirá quién se lleva el primer puesto.

Fatima vuelve con su alemán a recitar un poema sobre una conversación que tuvo con un texto. Medio canta, medio recita, con ritmo, tiene como flow, entusiasmo, y mucha soltura. Habla de la lucha interna al escribir, y termina diciendo “mis palabras le importan una mierda a tu oído”.

Zéwande se dirige a su madre, y habla de una serpiente que lo amenaza, de que le cuesta respirar, de que sufre y se quema, pero promete no quejarse más, como quería su madre. Sufre leyendo mientras mueve lentamente su mano derecha.

Y, por último, Alejandra habla de un viaje en metro. De mirar a la gente con los móviles, dice que ella va leyendo, y hoy la miran a ella. “¿Que si lloro por un hombre? Lloro por el romancero gitano, lloro por la amistad que Dalí nunca me brindó, lloro por las víctimas del franquismo, lloro por un hombre, señora, lloro por Federico”. De memoria y con la seguridad en el escenario que la caracteriza ya. Aplausos y pañuelos amarillos para Alejandra, que gana este V Slammadrid. Se lleva más aplausos, un reloj de arena de tres minutos, un póster firmado por todos y un libro.

Suben al escenario el resto de los poetas, que se llevan el juego de mesa del programa, además de la oreja del slam, aplausos, aplausos, y poema final de Alejandra, que habla de dejar huella y de cambiar el mundo.

Corto y buen Slam internacional, poetas muy diferentes con estilos muy diferentes. A idioma por poeta, nos sentimos internacionales, más que nada porque lo somos, claro está, que ya os he dicho que estoy en la otra punta de Europa, y tan a gusto. Aunque hace un poco de frío.

Ojalá se siga petando el Intruso de gente que quiere escuchar poesía en cualquier idioma, es tan de hípster-listillo como de persona inteligente-fascinante. Y, además, nunca coincide con OT. Que la cultura popular también es básica, oiga. Un placer, una vez más, hasta la próxima, poetas.

Celia Peláez

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This entry was posted on December 17, 2017 by in Uncategorized and tagged .